31 mayo 2014

La Energía que mueve al Futbol


La Copa del Mundo es un pretexto para que mostremos nuestras inclinaciones sociales, políticas, económicas y a veces, las deportivas. 

El Fútbol es uno de los tantos deportes que existen, pero quizá uno de los favoritos de las masas y esto se aprovecha por los mercadólogos, líderes sociales, políticos y también por los Brujos (ya explicaré más adelante de qué manera).
A unos días de que de inicio en Brasil el torneo más visto en el orbe, se empiezan a desatar movimientos, ideas y pasiones que en otro contexto no surgirían.

Esa es la energía de las masas, la oleada que provoca un estallido de emociones, de pensamientos, de movimientos... que pueden aprovecharse de manera positiva o negativa.
Observemos que hay intelectuales y artistas que están produciendo libros, obras o construcciones, inspirados en la Copa del Mundo. Son personas que en lo cotidiano destacan por sí mismos con sus creaciones, pero que repuntan (por inspiración y por mercadotecnia) cuando se aproxima un evento deportivo de esta magnitud.
Por otra parte, se intensifican las críticas y protestas por el evento futbolístico, grupos de personas se manifiestan en contra, haciendo sobresalir las fallas políticas, económicas y sociales de su zona o país.
Resulta interesante, que tanto las ideas artísticas como las protestas sociales acentúan su intensidad en estos meses, cuando tienen más de tres años para hacerlo.
La pregunta es, ¿por qué lo hacen en la temporada en que está ocurriendo la Copa del Mundo?
Vamos a darle respuesta desde el punto de vista del manejo de energía.
Cuando muchas personas se unen con un mismo pensamiento y sentimiento, pueden crear energías que se pueden aprovechar para un determinado fin: político, social, económico, de salud o de creación artística.
Quienes tienen conocimiento de que esto puede ocurrir, detonan un movimiento a su favor. Tú puedes experimentarlo por ti mismo si te concentras en este movimiento de masas y pasiones que representa el fútbol y lograr alguna meta específica que tengas.
Es por eso que valiéndose de la energía de las masas, hay quien encabeza protestas sociales, quien lanza un nuevo producto al mercado y lo anuncia durante los partidos, otros escriben libros y hasta hay quienes sanan alguna molestia física o emocional.
La clave de esto es tener un objetivo definido.
El fútbol es uno de los tantos deportes existentes. Quizá porque es un deporte que se juega en grupo y que tiene algo de mágico en sí mismo es razón para que tenga tantos seguidores.
El fútbol es un deporte que provoca pasiones... y es más sano jugarlo que solo verlo.
Algunos culpan a este juego de enajenar a las personas y hacer que pierdan el punto de vista de su realidad, dejando de lado aspectos importantes en sus vidas. Otros señalan al fútbol como el adormecedor de masas para que dejen de ver lo que acontece en sus regiones.
El deporte no es el culpable de ello, sino el manejo de energías que cada ser haga durante los partidos.
¿Quieres experimentarlo?, te invito a que observes lo absorto del público durante un juego (en tu barrio o en el mundial), analiza la forma en que ese público se "pierde" al seguir el partido... los verás gritando, llorando, abriendo la boca, portando el mismo uniforme, abrazándose entre ellos y teniendo reacciones que fuera de esos 90 minutos no expresarían.
Siguen atentos la secuencia de un balón, unen sus voces en un solo cántico, porra o de plano en una maldición al equipo contrario... ¿ya notaste que TODOS están poniendo su atención en un solo objetivo?
Esa es la magia, ese es el manejo de energías: concentrarte en algo tan fuertemente y durante tanto tiempo que tus pensamientos y emociones se rinden ante ello.
Y eso lo saben los publicistas, los líderes sociales, los políticos, los brujos y ahora lo sabes tú.
Ahora que ya te revelamos el pequeño secreto aprovecha esta energía aplastante para tus propios objetivos... también se vale aplaudir y gritar durante los partidos, deja salir tus emociones y apasiónate tanto como el mejor de los fanáticos futboleros, no importa el color o el equipo al cual elijas, lo que importa es que uses de manera consciente la energía generada durante esos 90 minutos.

Seas hombre o mujer, deportista o no; seguidor de atletismo, gimnasia o yoyo; ama de casa, estudiante, profesionista o nini... juega esta vez con las energías del Mundial de Fútbol para tu beneficio, usa de manera constructiva las pasiones que se generarán desde Brasil y vive tu propia Magia.

*** Alda ***

29 mayo 2014

Cabellos con color de Luna

Cuando la niebla cubre nuestros cabellos.


Una abuela chinanteca de las montañas de Veracruz me habló una vez sobre las canas de su cabello refiriéndose a ellas como la niebla del tiempo. Ella decía que era incapaz de comprender porque las mujeres modernas –jóvenes y maduras- hacían todo lo posible para cubrir la niebla en su cabeza; a final de cuentas cada hebra blanca y plateada no era más que el reflejo del amor que la luna sentía por nosotras.
Estas palabras pueden o no significar algo para nosotras, las mujeres modernas; pero no dejan de ser mágicas y nos dan la oportunidad de ver las cosas – nuestras canas- desde un enfoque diferente. Después de escucharla me quedé pensando hasta qué punto y porqué razones me he teñido el cabello desde hace años. La primera vez que lo hice fue por falta de amor de propio; mi cabello era caoba y el de mi madre era rubio y yo quería parecerme a ella; ustedes saben que importante es para cualquier mujer la aceptación de los demás y en aquel entonces nadie creía que mi madre era mi madre pues no nos parecemos en nada. El resultado fue desastroso, me veía horrible y tuve que teñirlo nuevamente para no tener que ver nuevamente a esa mujer desconocida en el reflejo del espejo. Con el tiempo lo seguí tiñendo de distintos colores, siempre con la esperanza de evidenciar algún cambio interno – ustedes saben de qué hablo- Si terminaba una relación, si comenzaba otra, si me sentía feliz, triste o sola siempre era mi cabello el que tenía que pagar por ello. Toneladas de peróxido, químicos y tintes fueron colocados una y otra vez sobre mi cabeza. Miles de cortes mutilaron mi cabello pero no fue hasta pasados los veintitantos que las primeras canas comenzaron a aparecer.
Mi primera reacción fue el miedo. Miedo a envejecer y es que eso me habían enseñado durante toda mi vida. Los cuentos de hadas nunca mostraban una princesa canosa y en las películas y en la televisión las mujeres con cabello de niebla pertenecían a la tercera edad; pero momento, yo no tenía ni treinta años y ya estaba visualizándome como de setenta ¿Esto es normal? Claro que no, pero es parte de la propaganda que todas nosotras nos vemos obligadas a consumir desde que somos niñas.
Las canas no representan la edad de las personas, no son exclusivas de las jóvenes ni de las adultas, de las delgadas, ni de las llenitas; son como la celulitis, como los vellos que cubren nuestra piel, como las cejas o las pestañas sin embargo a ellas nos han enseñado a temerles y odiarlas. Cuando falleció mi hermano, mi cabello se cubrió de canas y yo estaba muy molesta por ello. Detestaba ver mi cabeza llena de hebras blancas, verlas crecer una y otra vez a pesar de que acababa de teñir mi cabello algunos días antes; me miraba al espejo y las arrancaba, incluso llegué a llorar al ver que la batalla que había iniciado contra mi propio cuerpo estaba perdida. Y ese es el punto al que quiero llegar, estamos peleando contra nosotras mismas a causa de la opinión de los demás, a causa de las imposiciones estéticas de personas que también se odian a sí mismas. Por eso la celulitis es inaceptable, por eso el depilarse las axilas y las piernas es casi obligatorio, por eso es mal visto que una mujer tenga vello facial o tenga los dientes manchados: Nos venden una forma de vida imposible y sin cuestionarlos se las compramos.
Cada una de nosotras es bella porque es única, nosotras representamos una de las miles de formas de la naturaleza y todo lo que de nosotros brote –sea del color que sea- es parte de nosotras mismas.
Hemos sido engañadas por el sistema de las apariencias; nos han usado como maniquíes, como correctores imperfectos del Photoshop y nunca seremos como ellos dictan que seamos, jamás alcanzaremos los estándares que exigen por mucho que sigamos renegando de nosotras mismas.
Quizá las canas sean una muestra de amor de la luna, un saludo del tiempo que hemos caminado en esta tierra o productos de un mal momento en nuestras vidas; lo que es cierto es que son nuestras, es que ellas somos nosotras – tal como las venas debajo de nuestra piel o las uñas en nuestras manos y pies-
Y lo importante de esto no es si seguirás cubriéndolas o no, sino que ahora la decisión la tomarás después de cuestionarte a ti misma las razones para hacerlo.
Desde tiempos ancestrales las mujeres hemos prestado atención especial a nuestros cabellos; ha sido símbolo de magia y de fuerza, sobre él se han trazado las victorias y las derrotas de nuestro género. Hemos cubierto nuestras cabezas o las hemos llevado arriba con orgullo, pero últimamente hemos olvidado que es parte de nosotras ¿Pintarías tu sangre de morado porque el rojo represente vejez o descuido? No, y no lo harías porque consideras que tu sangre es más importante que tu cabello; y justo a esto me refería al hablar de la batalla que tenemos contra nosotras mismas.
Con esto no quiero decir que debes dejar de teñírtelo, en absoluto. La única finalidad de estas palabras es darte la oportunidad de ver la niebla de tu cabello desde otra perspectiva; una que no escucharás en televisión, una que no intenta venderte nada sino por el contrario, darte el valor de lo natural.
Tengo treinta y tres años, mi cabeza tiene mucha niebla últimamente y estoy segura de que seguirá brotando sin importar lo que haga; puedo aceptar mi naturaleza o seguir fingiendo que el tono negro azulado de mi cabello es real, lo que es cierto es que por primera vez en mi vida soy responsable de las decisiones que tomo sobre mi cuerpo sin dejar que nada ni nadie influya sobre mi templo personal.

abril 19, 2014 por Paola Klug

Quetzalcoatl está en una Corbata


Estamos a unos días de que México participe en el mundial de fútbol.

Uno de los deportes que más mueve a las masas humanas, en el que deberemos aprovechar cualquier derroche de energía para lograr nuestros propios objetivos y los de una nación.
El Presidente mexicano le ha hecho la observación a los seleccionados que tendrán que jugar con toda su concentración para traerse a casa la copa del mundo y también mencionó que todos los integrantes cercanos a su gabinete portarán una corbata verde para apoyar a los futbolistas que representarán a la nación en Brasil.

La selección mexicana ha estado evitando el apoyo público de los especialistas en magia de este país, cuando somos una nación líder en estos temas... desde nuestros curanderos de la sierra, los marakames en la región nayarita, la brujería del golfo y el sur del país, hasta los chamanes urbanos y los que se especializan en limpias y rituales.
Muchos países se protegen y respaldan con el trabajo de brujos, incluso los llevan hasta la cancha en donde el equipo se enfrentará ante otra selección porque es bien sabido que no solo el rendimiento deportivo influye en los resultados.

Esta unificación de portar la corbata verde (y yo propondría que todos lleváramos encima una prenda verde aunque no sea una corbata), es una gran oportunidad para que juntemos nuestras energías y pongamos nuestra atención en un solo objetivo: ganar, ya sea como nación a para algún aspecto personal.

El color verde, nos han dicho, representa a la naturaleza, al color de las plantas y a la esperanza.
A nivel esotérico, el verde, es el color del centro de energía que unifica a los demás: es el amor fraternal, la compasión, la paz, el altruismo, la bondad.
Imagínense si la mitad de los mexicanos vibráramos con esta energía, sería maravilloso.
Si nos vamos a un nivel más profundo, el color verde es el color asignado a Venus, el planeta del amor y por lo tanto, el color de Quetzalcoatl, quien según cuenta la leyenda, un día se fue en su barca, otros mencionan que se arrojó a una hoguera y se convirtió en la estrella de la mañana, es decir, en el planeta Venus.

Quetzalcoatl, la serpiente emplumada, es la entidad divina que rige a México (Mexhiko, el ombligo de la Luna), es la deidad principal de todos los dioses prehispánicos. La serpiente preciosa representa la dualidad inherente a la condición humana: la "serpiente" es cuerpo físico con sus limitaciones, y las "plumas" son los principios espirituales.

Entonces no es para nada raro que la marca deportiva que provee los uniformes a los seleccionados haya elegido poner la figura de Quetzalcoatl para su publicidad.

Tomemos este pretexto del mundial de fútbol para amarnos como nación, es cierto que tenemos mucho por mejorar, pero también reconozcamos que nuestra nación está llena de simbolismos y magia por los cuales sentirnos orgullosos ante todo el mundo.

Usemos la fuerza de la serpiente emplumada, aspiremos a ser como Quetzalcoatl: viviendo a plenitud en la tierra y volando hacia las alturas del espíritu.

Portemos un recordatorio verde para poner toda nuestra atención - ya sea una corbata o una prenda-, tengamos un color para unificarnos y hagamos que en México resurja con orgullo la Magia.

¡Mexhiko, Mexhiko, Mexhiko!

*** Alda ***