La sola palabra despierta curiosidad… ser sexy puede prestarse a varias interpretaciones. Aunque la palabra aplica tanto para hombres como para mujeres, hoy me referiré hacia ellas.
Abriendo el tema, enlisto lo que los expertos en la materia NO asocian con la palabra “Sexy”:
Vulgar, libertina, acosadora, sexual, insinuante, seductora, fácil, provocativa… no van con ser Sexy.
Ser sexy es una actitud hacia sí misma, una actitud interior que tiene su repercusión en el exterior.
Es cuestión de AMOR, de una autoestima equilibrada, es disfrutar cada detalle de la vida: la comida, el planeta, el trabajo, la familia y lo más destacado: sentirse satisfecha con una misma.
Es aceptar tu edad, tu cuerpo, tus emociones, tus reacciones y tus capacidades.
Ser sexy no es cuestión de falsas poses con los demás… es quererte y ser leal a la maravillosa mujer que eres. Es reconocer tus dones y atributos, y corregir aquellas áreas para mejorar.
En una sociedad predominantemente machista, la mujer se siente juzgada y avergonzada con la simple palabra Sexy. La opinión del macho la ha dejado paralizada y su actitud depende de lo que le convenga al hombre.
Ser sexy es verse al espejo con traje deportivo, con un hermoso vestido o desnuda… y sentirse con la alegría de vivir. Me resulta triste ver en las clases de baile que las mujeres se horrorizan por deslizar su mano por su propia cadera, se quedan estupefactas… ¡ni que fuera la mano de un alien! … “¡niña déjese ahí!” les grita su cerebro limitante e inquisidor.
Una mujer sexy se ama y se respeta primero a sí misma: consume alimentos nutritivos, cuida su higiene; ama, conoce y cuida su cuerpo; se procura con buena imagen y con ejercicio regular, cuida su espíritu con actitudes positivas y altruistas, cuida su mente al cultivar su intelecto y aprendiendo nuevas habilidades… y es asertiva en sus relaciones con los demás.
Ser sexy, no es fingir ser tonta para caerle bien a todos… es reconocer las propias capacidades y desarrollarlas. Una mujer sexy no siempre le cae bien a los demás, puesto que podrá poner las cosas claras cuando el caso lo requiera. La diplomacia, la negociación y la madurez son parte de su forma de ser.
La sutileza, el encanto, la seguridad en sí misma son temas fundamentales en ella. Y se proyecta a través de una conversación interesante, una mirada de seguridad, una sonrisa sincera, portando ropa que la haga sentirse bien. Solo que algunas personas confunden estas actitudes con ser “lanzada” y “loca”… la mujer con buena autoestima sabe negociar con esas reacciones y aclara lo que quiere y lo que no quiere.
La mujer sexy, sabe que su actitud ante la vida es atractiva para lo demás, y tiene el poder de decidir a quién elige y el tipo de relación que desea… con una autoestima sólida, no se arriesgará entonces a una relación de sumisión, de humillación o de maltrato, puesto que se ama primero a sí misma antes que a los demás. Su autoconfianza le permite recibir elogios y piropos de buen gusto, y les da la bienvenida.
Seguramente recibirá ataques incisivos y críticas negativas tanto de hombres como de mujeres a quienes les molesta su autoestima… pero ella sabe que ese no es SU problema, sino de quien emite esas opiniones.
Resumiendo entonces, NO es sexy: ser la niña que a todo obedece, ser tonta, ser vulgar, agresiva, inestable, libertina, ignorante, irresponsable, inculta, demostrar las carencias afectivas e intelectuales para manipular; imitar a otras mujeres o a personajes públicos, depender de la opinión de la pareja, no sentirse merecedora de piropos, ser insegura, ser fodonga, desaseada, grosera; colgarse del apellido, título o prestigio de otros porque no tiene una vida propia, o vivir a través de lo que le dicten terceras personas.
Sí es sexy: ser independiente emocional y económicamente, ser intelectual, sensual, alegre, original, coqueta, culta, perseverante, segura de sí misma, aseada, arreglada en su imagen, asertiva, feliz con ella… y ser sexy, también nos habla de una búsqueda espiritual para sentirnos integradas al todo, sabiendo que nuestro propio Universo es hermoso… y que el Universo exterior es reflejo de lo más próximo que conocemos y amamos: Nosotras mismas.
No importa si tienes 20 o 60 años, si eres talla 5 o 15, ni tu color de piel o tu profesión… ser sexy es una actitud que empieza en tu interior para iluminar tu vida con la belleza de ser mujer… porque así es la Madre Tierra: femenina, amorosa, decidida, fuerte y obvio… ¡Sexy!
*** Alda ***