14 junio 2014

Y el Loco solo deja que Todo fluya

Y el Loco solo deja que todo fluya.

Porque no espera nada de nadie, no hace conjeturas ni mezcla preceptos, tampoco le interesa sostenerse en expectativas. 
El Loco lo es todo y es nada, porque sabe que el vacío está para ser llenado. 
El loco va con su eterna sonrisa, ¿qué le importa preocuparse de los dogmas, las religiones, la política, los celos, las posesiones, el glamour y la acumulación de bienes?... el loco ya estuvo en ellos, los vivió, los sufrió y los superó. Concluyó que no hay conclusiones, que cada vivencia es una experiencia nueva que lo nutre. 

El loco no ve lo positivo o negativo, no es que esté ciego, es que mira con otros ojos, los ojos de la inocencia, de la pureza, y esboza siempre su sonrisa porque ha tocado otras latitudes con el corazón.
El loco, el incomprendido, el repudiado, al que no le hace caso la gente pero al que adora su fiel amigo y protector: un perro blanco, tan juguetón como él.
Ese loco ríe desde sus entrañas, desde las entrañas del Universo porque sabe que su cuerpo solo es prestado por un momento. El loco llora cuando un amanecer le toca el alma, cuando la lluvia cae en su rostro y cuando tararea una canción que nadie ha escrito.
En las noches de Luna llena, se pone a platicar con Selene como si fuera su amiga. Puede tener amplias conversaciones con los insectos porque admira su estructura de organización a la cual no pueden igualar los humanos.
Dejó de complicarse la existencia con sueños de cuentos de hadas, con parámetros sociales y solo vive un momento a la vez como si fuera para siempre.
¿Qué detonó en él su forma de ver el mundo?, ¿fue un evento adverso, una enfermedad, la madurez espiritual, el andar vagando por el mundo para saber que todos somos parte de lo mismo, un cambio de consciencia?, ni él mismo sabe la respuesta, ¡tampoco le interesa saberla!
El loco va ligero de equipaje: ya dejó atrás las cargas, los miedos y rencores. Sabe que es mejor un par de zapatos cómodos para transitar por cualquier terreno. Mira esperanzado al horizonte y no se preocupa mientras entre él estén el suelo y el cielo.
Abre sus brazos para abrazar al mundo, al amigo que se cruce en el trayecto (a veces se encuentra a los amargados, enfurruñados y obtusos) pero él les extiende el entusiasmo y la esperanza aunque lo critiquen desde lejos.
El loco rompió las cadenas desde hace tiempo, un tiempo que para él no existe, porque todo momento es eterno.
Se lanza confiado al vacío, porque sabe que lo que está vacío después estará lleno.
El loco, el inocente, el adulto-niño se ríe... y deja que lo demás siga fluyendo.

*** Alda ***

Un extracto de las clases de Tarot que imparto, si deseas mayores informes de las mismas envía mensaje a aldamagia@hotmail.com