13 agosto 2015

Enojarse, ¿vale la pena?

Permitir que otros con sus actos, silencios o palabras nos saquen de nuestro equilibrio, puede ser una llamada de alerta para que observemos las carencias o puntos de mejora en nosotros mismos.

Cuando maldecimos a otro, decimos groserías o guardamos rencor por alguien, en realidad le estamos cediendo nuestro poder a esa persona, el poder de nuestra energía, le "regalamos" nuestra paz  y le damos permiso de llenar nuestra mente de odio y resentimiento... y esto a nivel bioquímico entra en el torrente sanguíneo, por lo tanto, ese veneno recorre nuestra sangre. Entonces, ¿vale la pena enfurecerse o guardar rencor?
Los enojos, decepciones, el sentirnos burlados, traicionados u ofendidos, no significan que la persona que provocó tal hecho sea mala, sino que representa que nosotros mismos hemos perdido el control de nuestros pensamientos y emociones... adolecemos de tolerancia y paciencia, perdimos nuestra propia ruta y le dimos el timón del barco a otros.
Agradécele a esas personas y situaciones el que sean tus maestros, porque gracias a ellos podrás reconocer aquellas áreas de tu vida en las cuales tienes que profundizar o reforzar.
Estamos en la última fase de la luna menguante, excelente momento para soltar todo eso que no nos hace felices y no nos permite avanzar. Perdónate, perdona y libérate.
Amor infinito para ti.

*** Alda ***