24 abril 2012

Buda y yo, en Brasil



Después de visitar una de las nuevas maravillas modernas hechas con la mano del hombre, la Presa Itaipú, localizada entre Brasil y Paraguay (de la cual también les comentaré posteriormente), me dirigí al templo budista. A pesar de que la gran mayoría de la población de Foz de Iguazú es católica, los turistas tienen a su disposición dos templos religiosos: la Mezquita musulmana de Foz de Iguazú y el Templo budista, construido en 1996. Es increíble que los turistas le resten importancia a visitar este maravilloso sitio.
Este templo Budista está en un predio de 2,500 m2, que ostenta una arquitectura suntuosa, pero uno como visitante solo se tiene acceso a la Sala de los Guardianes, donde se ubican 18 estatuas de los discípulos de Buda, entre los cuales se encuentra: Kalika, Nantimitolo y Kanakavatsa (el espacio está en el parque y no puede ser filmado o fotografiado).
La entrada al templo es gratuita. El templo está poblado de jardines con estatuas de las diferentes divinidades, entre las cuales destaca la estatua del Buda Mi La Pu-San , sentado, con siete metros de altura.
Todo el predio del templo es una maravilla, con sus jardines sumamente cuidados, las estatuas doradas, excepto una que desentona con el resto por su intenso colorido: esta figura está apoyada en un elefante, se trata de la estatua de un bodhisattva, un ser de sabiduría elevada que tiene como misión, iluminar el camino de las personas.
Frente al templo podemos observar las 108 estatuas idénticas, de dos metros y medio de altura, que representan una reencarnación de Buda en la tierra, y las posiciones de las manos, significan la bienvenida y la energía positiva.
En la parte interna del templo hay dos caminos restringidos para el público. La Sala de los Guardianes incluye 18 estatuas imponentes que representan a los discípulos de Buda. En esta sala no se permite tomar fotografías, la energía que se siente en ese lugar es de un amor inmenso y una paz profunda... solo estando ahí podrías saber de qué se trata. Se pueden dejar donativos, anotarse en la lista de visitantes y rezar el mantram de la abundancia, para tener fortuna en la salud, el dinero y el amor.
Si bien, el templo está abierto a recibir visitantes, no es ese su propósito, sino el de ofrecer un espacio para la meditación y el recogimiento a los fieles del budismo... y a quienes estamos en un camino espiritual.
Me encantó visitar un lugar tan energético y especial... y creo que a Buda le agradó que estuviera ahí porque a partir de entonces están sucediendo cosas maravillosas.

Compartiendo con cariño....

Alda