22 octubre 2013
Ofrendas y Altares para los muertos
Hablamos de ellos como si fueran lo mismo, pero no es así, hoy veremos esas diferencias, así como los distintos tipo de altares para los muertos.
LA OFRENDA O TLALMANALLI.
Es una disposición geométrica considerada sagrada, las principales figuras que se ocupan están en el círculo y el cuadrado, que es la concepción del universo, son el Ometeotl y el Hunab Ku. Son los principales símbolos que tiene vida, corazón y la esencia misma de las personas que están dispuestas a trabajar en este centro energético. Este tipo de trabajo tiene cientos de años de experiencia, que han consistido en el seguimiento del Sol, la Luna y de Venus. Son una representación de la matemática ocultista. El diseño que debe guardar un Tlalmanalli debe ser como una gran telaraña que representa a los rumbos cósmicos, el movimiento del cosmos y contienen dentro de sí una enorme carga de magia y tradición.
La ofrenda se rodea de elementos totalmente naturales, dividido en 4 rumbos (sur, norte, este y oeste) cada uno simboliza un elemento de la naturaleza (tierra, agua, aire y fuego), con el propósito de pedir permiso a los cuatro vientos para poder armonizarnos con ellos. Se elabora para realizar ceremonias, hacer ofrendas a la Madre Tierra y también con el motivo del día de muertos. Se asemeja de alguna manera a los círculos que se trazan en magia ceremonial y en celebraciones wiccanas.
Se elaboran sobre el suelo o piso y están llenos de colores y elementos que nos conectan con los elementos. Varios de ellos se asemejan a los mandalas.
ALTARES PARA MUERTOS.
Un altar va en lo alto, en la parte superior y va teniendo diferentes niveles.
El altar de muertos varía en algunas regiones. se les colocan flores, veladoras, plantas aromáticas, fotografías, papel picado, calaveritas, agua, sal, y alimentos u objetos que le gustaban a la persona fallecida a quien va dedicado el altar.
Los niveles en el altar de muertos representan la cosmovisión, regularmente representando el mundo material y el inmaterial o los cuatro elementos, en cada uno de ellos se colocan diferentes objetos simbólicos para la cultura, religión o la persona a la que se le dedica el altar.
** Altares de dos niveles: son una representación de la división del cielo y la tierra representando los frutos de la tierra y las bondades de los cielos como la lluvia.
Altares de tres niveles: representan el cielo, la tierra y el inframundo. Debido a la introducción de ideologías de las religiones europeas, ha cambiado su significado a tres niveles, pudiendo representar la tierra, el purgatorio y el reino de los cielos, o bien, los elementos de la Santísima Trinidad según la tradición católica.
** Altares de siete niveles: son el tipo de altar más convencional, representan los siete niveles que debe atravesar el alma para poder llegar al descanso o paz espiritual. Según la práctica otomí, los siete escalones representan los siete pecados capitales. Se asocia el número siete con el número de puntos cardinales de acuerdo a la tradición azteca.
** Altares de nueve niveles. En diferentes culturas, particularmente en la azteca, se creía que existía un proceso para nacer y otro para morir. Así, cuando el alma abandona el cuerpo físico debe pasar una serie de pruebas o dimensiones para llegar al ansiado descanso. En la cosmovisión azteca el alma de una persona debía pasar nueve niveles en el Mictlán (inframundo de aquellos que mueren naturalmente), se llama: Apanoayan, Tepeme monamiktlan, Itztepetl, Zehuakayan, Itzehekayan, Toekoyolkualoyan, Paniekatlakayan, Temiminaloyan e Izmiktlan apochkaloka. Cada uno representaba una prueba para llegar al noveno nivel en el que se llegaba ante Mictlantecuhtli y su esposa Mictecacíhuatl, llegando al descanso eterno.
Con información de Wikipedia y de Roberto León Martínez.
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