¿Por qué somos tan egoístas los humanos, si respiramos el mismo aire que el bisonte, el águila, el castor, el lobo y el caballo?
¿Por qué despreciamos a la ballena, a la rana y al pez, cuando a todos nos ha acariciado la misma gota de agua?
En la ambición de poseer, de tener y en una estúpida arrogancia, nos hemos separado de nuestros vínculos con las diferentes formas de vida… olvidamos que la palabra animal, se deriva del latín ánima, es decir, alma.
Muchas culturas ancestrales se han basado en la magia de los animales y la fuerte conexión que tienen con los seres humanos.
En la tradición de los indios de Norteamérica, les daban un sentido de respeto e igualdad a nuestros hermanos del reino animal, ellos sabían que todos estamos interrelacionados y que un pequeño desequilibrio en alguna de las partes, causaba un efecto de ‘bola de nieve’ que afectaba a todo el entorno.
Ese respeto tan profundo por la vida, lo incorporaban en su día a día. En el centro de la comunidad –el centro del mundo desde su cosmovisión de la Rueda de la Medicina-, se erigía un tótem: un enorme tronco decorado majestuosamente y que en lo alto representaba a un animal… era el espíritu-guía del pueblo. El tótem unía la fuerza de la Tierra con la Divinidad del Cielo… y en medio, estaba el animal para unirlos con el poder de la creación: Wakan Tanka.
Tan importante era para ellos que todas las formas de vida estuvieran fusionadas, que si alguien enfermaba gravemente, decían que era porque se le había escapado su animal-guía. Los brujos realizaban entonces diversos rituales que podían ser de varios días, hasta que el enfermo se reencontraba con su compañero animal.
La sabiduría ancestral de estos grupos, decía que cada pueblo y cada persona, tienen de uno y hasta cuatro animales de poder… espíritus animales, que respaldan al ser humano en sus habilidades y en sus carencias. Imagínate que aceptaras que todas las cualidades de un determinado espécimen están para protegerte y para guiarte… ¡amarías y respetarías a ese animal porque es parte de tu esencia!
Quizá es el momento de buscar la armonía en nuestra vida, de hacer una pausa y dedicar un tiempo para escuchar a nuestro animal de poder, y dejar que nos guíe en nuestro sendero. Permitir esa interacción con nosotros es algo indescriptible, algo que deseo que algún día vivas porque sabrás que no estás solo en el planeta. Los animales espirituales y los animales reales, nos llenan de energía y fuerza.
Espero que la sabiduría, los instintos, las cualidades… las alas, las patas o las escamas de tu animal de poder, te ayuden a crecer como ser humano y hagan el milagro de que mires nuevamente con amor a toda piedra, planta y animal.
Deseo que juntos, él y tú, hagan un perfecto equipo para reestablecer el equilibrio individual y planetario.
Les comparto mi inspiración por un hermoso animal:
Tú que me miras con paciencia y profundidad…
Ven aquí a mi lado, acepto tu presencia en mi vida.
Muchos te temen, yo te respeto.
Somos tan diferentes y tan cercanos a la vez.
Dótame de tu poder de adaptación, tu sabiduría y tu inteligencia.
Comparte conmigo tus secretos para serle fiel a mi pareja de por vida.
Enséñame a proteger a mi familia como lo haces tú.
Te escucharé cuando tenga que enfrentarme a decisiones sobre el respeto a las jerarquías y el respeto a la Naturaleza.
Permíteme ser parte de tus protegidos, como lo fueron Gengis Khan, la culturas turca , griega y la romana, los lakotas y los sioux.
Quiero ser cautelosa como los de tu especie, tener tu visión nocturna y valentía en la batalla.
Complementemos tu rebeldía con mi paz, para equilibrarnos y avanzar.
Acompáñame desde ahora y durante mi transición, pues conoces el laberinto que lleva a la Luz, eres el conductor de almas.
Resguarda mi círculo mágico y protégeme de los intrusos.
Dame tu esencia en los momentos de flaqueza, dame tu fuerza en las dificultades, siéntate a mi lado para ver juntos a la Luna… y cuando lo desees, déjame saber que estás cerca de mí.
Gran Maestro: estoy lista para que me guíes…
***Alda***
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