12 agosto 2014
Acerca de los Amarres
Con frecuencia me contactan personas, tanto hombres como mujeres, solicitando que se les haga un AMARRE para que determinada persona (ex pareja, víctima en turno o a quien le hayan "echado el ojo") caiga rendida a sus pies.
Aquí cabría hacer la pregunta ¿para qué quieres el amarre?, ¿para sentirte amado(a), para vengarte de alguien, para sentirte que pudiste conquistar a esa persona?...
Pregúntate también si es lo que tu corazón y tu espíritu es lo que quieren y merecen.
Cuando des la respuesta de que quieres hacer un amarre por AMOR, analiza si en ese concepto de amor te incluyes a tí mismo(a), porque si respondes que es por AMOR es porque deseas tener a esa persona a tu lado porque te quieres, te respetas, te amas y sabes el valor que tienes como ser humano... y de la misma manera sabes que esa persona te va a valorar, respetar y amar de la manera en que tú lo haces contigo mismo.
Por lo general solicitan un AMARRE quienes:
Se sienten despreciados, engañados o rechazados por esa persona a la que quieren amarrar, o porque esa persona ya tiene una pareja estable y quieren quitársela para que ahora solo tengan ojos para él o ella, porque sienten que no podrán conquistar el corazón de alguien bajo los medios normales de romance, porque no saben nada de esa persona desde hace más de un año, o porque llevan una relación virtual desde distintos países y nunca se han visto cara a cara.
En un escenario en el cual prevalecen el rencor, el desquite, la venganza, la tristeza o la desesperación, es poco probable que se tengan sentimientos de amor mutuos.
Los amarres lo que hacen es que tengas a una persona a tu lado, a ese ser deseado, a veces por soledad o por desesperación o ansiedad... y sí, te lo ponemos a tu lado si eso es lo que quieres, pero nadie que se dedique seriamente a la magia puede hacer que entre dos seres humanos surja el amor cuando no hay amor para dar entre esas dos personas.
El amor se da cuando cada uno se quiere a sí mismo y está en posibilidades de compartir con otro lo que ya se tiene.
Si te quieres, te respetas, te amas... y lo proyectas a través de tu persona, de tu alegría, de tu salud, de tu arreglo personal, de gozar a tus amigos, a tu trabajo, a los animales, a la naturaleza y a las circunstancias que te rodean.
Dicen que un ciego guía a otro ciego, y eso a veces pasa en nuestras relaciones románticas... ¿a dónde se puede ir a parar cuando ninguno de los dos no puede ver el corazón, las metas y los sueños ni de sí mismo?
Un amarre pone a tu lado a esa persona, pero solo eso. De lo demás te encargas tú dependiendo de lo que quieras en la vida, de lo que estés dispuesto a dar y a darte, y de lo que la otra persona tenga proyectado en una relación de pareja.
No se te garantiza que con un amarre vayas a tener a tu precioso Shrek o a tu bella Fiona con el cual te ames para siempre independientemente de su belleza física. Tampoco podemos hacer que esa persona te dedique su cariño, su tiempo y su dinero, ni tampoco podemos influir en sus principios morales acerca del compromiso y el respeto.
Antes de solicitar un amarre, pregúntate si esa persona es con quien quieres compartir tu vida y tu corazón, si es alguien que a pesar de tu edad, tus canas, tus arrugas o tus malos ratos será capaz de apreciarte y apoyarte... o por el contrario, pregúntate si quieres estar únicamente en compañía de alguien aunque estés peleando todo el tiempo o lo resolverás a través de estar solicitando a uno y otro brujo o bruja que te realice amarres (como si de comprar bolillos se tratara), para que solo piensen en ti de manera constante y obsesiva.
Lo peor de todo esto es que quienes sin ningún escrúpulo (y pagando una fortuna de antemano) te ofrecen encender la llama del amor y la pasión de esa persona especial ¡¡¡en el tiempo récord de 24 o 72 horas!!!... cuando de manera "normal" llevas intentándolo por años y años y el objeto de tu deseo no´más no reacciona.
Cuando accedes a un servicio de magia, es nuestra responsabilidad advertirte como profesionales que todo lo que se hace, se regresa multiplicado. No por forzar una relación estás haciendo el bien, quizá no es el camino que necesitas para ser apreciado o valorado por otra persona.
Cuando estás forzando la libre elección de alguien a decidir a quien amar, tienes que responsabilizarte de las consecuencias que tendrás a futuro.
El amor es la magia más poderosa... y el amor se enciende cuando hay amor dentro de ti.
Para reflexionar.
Con cariño...
Alda
aldamagia@hotmail.com
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