La palabra ángel, quiere decir "mensajero". Se deriva de diversos idiomas, del hebreo "malakh", del persa "angaros" y del griego "angelos".
Son energías sutiles que nos ayudan a lograr nuestras metas más altas. Dentro de la clasificación de la jerarquía angélica, vemos que hay: Serafines, Querubines, Tronos, Dominaciones, Virtudes, Potencias, Principados, Arcángeles y Ángeles. Estos últimos son los que se encuentran más cercanos a la frecuencia humana.
Las energías o fuerzas, representadas en los Arcángeles y Ángeles, se encuentran contempladas en la mayoría de las religiones y tradiciones ancestrales. Dentro del Árbol de la Vida, en la Kabbalah, cada sephirot o esfera, tiene a un Arcángel. Y cada uno de los 72 nombres de Dios, también tiene a un “genio” o ángel que nos auxilia para determinado fin.
Se les ha representado como seres alados, pero a mi parecer, esto es caer en un estereotipo. He logrado visualizar solo una vez, una energía bellísima acompañando la presencia de una persona muy especial para mí. No tengo duda alguna de que esa energía tan grande, imponente y hermosa era un ángel… ¡pero nada que ver con alas y plumas!
Tampoco son energías a las que debamos elevarlas al grado de Dioses… recordemos que son “mensajeros”, por lo que debemos solicitar su apoyo para ser un puente entre nosotros y la energía divina. Hemos confundido el orden de las cosas: Los ángeles son nuestros colaboradores, están al servicio del Ser Humano, no al revés.
Saber invocarlos, conocer las características de cada uno, aprovechar su presencia en nuestras vidas para poder crecer... es una tarea constante.
Ellos están en una dimensión cercana a la nuestra. Para que ambas partes nos comuniquemos debemos buscar un punto neutral: la energía del Amor… el Amor es el enlace con los mensajeros de la Divinidad. En un estado de alteración, de tristeza, de odio, ellos no pueden colaborar con nosotros.
Están cercanos cuando hay manifestaciones de amor incondicional ( o Ágape, que algún día comentaré). Por ejemplo, cuando alguien aparece de la nada para ayudarte a media autopista con tu auto descompuesto, cuando te abrazan para decirte un sincero “Gracias”, cuando a través de las manos de un médico o curandero llegas a sanar… ahí existe la compañía de un ángel.
Los seres humanos, en nuestra carrera loca y egoísta, nos hemos olvidado de que los ángeles están esperando con gusto para servirnos en nuestro sendero. Es como ser dueño de una empresa y tener sin hacer nada a los empleados eficientes.
No es necesario que los veas, o que te digan su nombre, eso pasa contadas veces… lo importante es que los llames para te acompañen en tu día a día, en tu crecimiento; que sepas que invocando a la energía adecuada, puedes lograr tus propósitos.
Llamemos a estos eficientes mensajeros en cualquier momento, a cualquier hora, en todo lugar, a través de la energía del Amor.
Con cariño para Ustedes, en especial para Luz María Méndez y en memoria de mi abuela Micaela.
***Alda***
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